A veces una serie es buena, brillante y maravillosa. Te engancha, forma parte de tu vida y no eres capaz de dejar que pase la semana sin un capítulo. Otras veces la semana no puede pasar porque quien te obsesiona y quien te obliga a ver la serie es un chico. Un hombre. Una persona que despierta tus instintos más básicos y te hace meterte en la pantalla sólo para tocar sus abdominales o perderte en su sonrisa o sus ojos.
Esta lista de hombres que te hacen creer que todavía pueden quedar personas perfectas en la vida (o a los que ayudarías a luchar contra sus fantasmas) hará que cuando acabes de leer tu día haya mejorado muchísimo y que tengas algunas series más dentro de tus imprescindibles.
La clave de Crónicas Vampíricas. Es sexy, tiene unos ojos azules de infarto y una sonrisa de pillín que quita el hipo. Es un diez sin bajar del cuello, pero además tiene un cuerpo sobre el que merendarías cada día de lo que te quede de vida (si es que no mueres de infarto el primero). Su personaje, Damon Salvatore, es el típico hombre sin remedio al que quieres reinsertar en la sociedad, es tan guapo que aunque la gran mayoría de las muertes de las primeras temporadas las cause él, tú le perdonas y hasta quieres llevarle el desayuno por las mañanas. Pero, sin duda, lo mejor de Ian es su profundo interés de preservar la naturaleza con la fundación que lleva su nombre. 
El clásico hombre del que nunca lo sabes todo. Aunque de primeras no es de estos que te deja el encefalograma plano, la inteligencia que revelan sus ojos es adictiva. No es el guapo modélico, pero tiene en su cara el atractivo propio de un hombre cultivado en en el teatro al que se suman su tremendo sentido del humor y mucho talento. El típico chico que, si te rechaza, siempre querrás seguir teniendo como amigo para pasarlo bien con él. En Da Vinci’s Demons tiene el papel protagonista y nos hace descansar de la enorme lista de desnudos que se suceden en la serie. Él no necesita estar como le trajeron al mundo (aunque no nos quejaríamos si cogiese un resfriado...).
Una voz pegada a un hombre. Uno de los placeres de ver series en versión original es poder escuchar su voz, con ese marcado y atractivo acento inglés. Interpreta a Ichabod Crane en Sleepy Hollow, un soldado herido mortalmente en la Guerra de Independencia, que regresa a la vida en nuestra época. Te enamorarás de Ichabod viendo como se enfrenta a la tecnología actual, como los móviles, los coches, el plástico o los pantalones de pitillo. ¡Es totalmente adorable! y, ¿qué me decís de sus ojos azules? Dan ganas de darse un paseo por la guerra con él.
Matt Bomer (@Mattomer)
El conocidisimo hombre pegado a un traje de chaqueta. Interpreta a Neal Caffrey en Ladrón de guante blanco y aparece ligerito de ropa en Magic Mike, entre otras apariciones. Es sexy, con cara de pillín y un toque refinado en todo lo que hace. Y es que, por lo que parece, no hay nada que nos conquiste más que un traje de chaqueta, una sonrisa, unos ojos azules y un secreto detrás de ellos y Matt es especialista en que sus personajes escondan una cara oculta. Es por eso por lo que estuvo durante meses a la cabeza de la lista de actores que el público prefería para hacer la película del best seller 50 sombras de Grey.
Joseph Morgan (@JosephMorgan)El típico malo interesante. Salió de Crónicas Vampíricas para protagonizar su spin-off, The Originals. Es Klaus, el vampiro- hombre lobo original con problemas de conducta y una sonrisa malvada que hace que acabes perdonando todas sus faltas. Otro de sus puntos fuertes es su, de nuevo, genial voz en versión original. Como dato, tiene una tendencia obsesiva a poner morritos que nos intriga y... que agradecemos.
Killian Jones
Apareció para revivir a Once Upon a Time. Todo estaba perdido, las fans abandonaban y... apareció el pirata malo con pasado turbio y un profundo interés por poner a los demás de los nervios. La clave de la sensualidad de Garfio está (y es en serio) en sus parpadeos. Es experto en lo conocido como ojos de cachorrito, a lo que le ha añadido la tecnica personal de parpadear mucho. Es casi adictivo y perfecto para las que, como a nosotras, adoran las barbas de unos días que enmarcan grandes sonrisas.
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